Hay momentos que ni eternos ni cortos piden estar presentes en un determinado lugar de nuestras vidas. Que ni lerdos ni perezosos se ponen por delante de nuestras aspiraciones.
Hay circunstancias que lejos de ser similares a un circulo, se compenetran en parecerse a un espiral. Quizás parecidos a un remolino en el empedrado del río, que nos impulsa hacia abajo y pedimos a gritos a nuestra fuerza interior que valla a nuestros pies y los obligue a moverse para que la superficie del agua no sobrepase el techo de nuestras esperanzas.
Y si, hay ratitos en los que mientras se gasta energía en mover objetos, se piensa en la suerte para atraerla, se siente el espacio para gastarlo y desaparecerlo de una vez por todas, aullando de alegría al vencerlo y quedar a un paso de abrazarnos.
Si, a veces se pone difícil la cosa, y la otra cosa aun mas difícil y la que le sigue peor, pero ahí surge un tirado aerosol para rescatarnos y escribir nuestro destino en un par de letras pintadas en la calle. Y un sol que aunque sea dibujado se hace sentir en calorcito para que mas que acurrucados disfrutemos de lo que hoy empieza y mañana va a ser un hecho. Y dicho esto, al hecho hay que hacerlo ¿Sino para que de verbos nos servimos? ¿Verdad?
......................................................................................_ José Ignacio G.C.