viernes, 11 de agosto de 2017

A tu llegada.

Fue desde ayer , cuando me vi viendote.
Que todo pasó y se guardó, en un lugar tierno dónde no existe el dolor, aunque existió.

Este señor, forjado en vientre de hierro y algodón, de llantos y risas que pintan de color, ese oscuro hueco que lo protegió.

Se ve que no conocía nada. Mi espíritu imaginaba una razón que le diera validez a los sueños.

Ya no. Las máscaras quebradas volaron con la brisa de tu bella sonrisa, que inundados nos dejó de ganas de vivir, queriendo compartir contigo la esperanza y los recuerdos que nos diste solo con venir.

Y es de los dos, este sentimiento que florece con el sol, cuando es regado como un guiño al corazón con un poco de tu voz. Frágil señal del amor.

......................................................................................_ José Ignacio G.C