En la lírica de un edificio se ve el miedo.
Turbios sus pasillos tiemblan al oír el viento.
Viejas baldosas callan quietas por temor.
En su verdes muros ya no se contempla la esperanza.
Escondió sus pisos verdaderos para ocultarnos su añejado corazón.
Guardó en su pared doble, el calor de los amores jóvenes que supo cosechar,
Atesorando momentos que lo mantienen vivo y atrozmente jovial.
Se dejó cambiar la piel, y en el fondo lo disfrutó,
aunque sin darse cuenta extravió el rumbo.
Está lejos de ser aquel majestuoso y viejo armario de sueños.
Ambos sabemos que eres el mismo, no se que intentas esconder.
Turbios sus pasillos tiemblan al oír el viento.
Viejas baldosas callan quietas por temor.
En su verdes muros ya no se contempla la esperanza.
Escondió sus pisos verdaderos para ocultarnos su añejado corazón.
Guardó en su pared doble, el calor de los amores jóvenes que supo cosechar,
Atesorando momentos que lo mantienen vivo y atrozmente jovial.
Se dejó cambiar la piel, y en el fondo lo disfrutó,
aunque sin darse cuenta extravió el rumbo.
Está lejos de ser aquel majestuoso y viejo armario de sueños.
Ambos sabemos que eres el mismo, no se que intentas esconder.
......................................................................................_ José Ignacio G.C.
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