Con tu cruel existencia mataste en mí el sentimiento de amar.
Lo aniquilaste para siempre.
De él ya no quedan ni las huellas en mi desconsolada alma ciega.
Vacio que ahora ocupan silencios en mi cabeza, que resuenan con fuertes rebotes ,
que producen en mi una vacilación de borracho.
Ya no me sirvo de la borra de vino para ahogar el dolor, ya no funciona.
Ya no me cuentan las estrellas los secretillos que eran para mí soluciones instantáneas.
Hoy debo recurrir al lamento y al azar.
Al azar mis intenciones, al azar mis sentimientos.
Al azar mi corazón va redescubriendo nuevos lamentos.
Y de lamento hablaré pronto, si es que en mi repertorio no aparecen acordes mayores.
Si es que sigo componiendo canciones para otros,
porque como intérprete desde esos días me convertí en un desastre.
¿A dónde fue?. ¿Dónde quedo el amor que sentí?.
¿Acaso lo perdí en tus curvas misteriosas, entre miedos y actitudes de adolescentes?,
¿lo extravié para siempre?, ¿o simplemente lo conservaste para mostrarlo en tu vidriera de lástima y virtuosismo falso? , para así luego devolvérmelo tan avergonzado como lastimado.
¡Eso es!, lo robaste y lo escondiste para que me muera triste.
Para que el sol de cada mañana me refleje en el colchón y en mi almohada,
solo y acompañado sin poder demostrar nada.
¿Ahora como haré el amor?. ¿Con que triste mentira fingiré ser el indicado?
¿Cómo volveré sentirme completo si me siento repleto de nada para dar?.
Quizás hoy le agradezca al otoño. Que con esmero de madre, me presentó a una suave brisa que arrastro consigo las hojas que me cubrieron protegiéndome del frio.
Ahora en ella confío. En esa brisa puse mi fe. En ella aposte al doble o nada.
En ella busco las raíces de los suspiros, para cosechar de nuevo el amor como fruto en su forma de cultivo.
En ella me apoyo y a ti te odio.
......................................................................................_ José Ignacio G.C.
Lo aniquilaste para siempre.
De él ya no quedan ni las huellas en mi desconsolada alma ciega.
Vacio que ahora ocupan silencios en mi cabeza, que resuenan con fuertes rebotes ,
que producen en mi una vacilación de borracho.
Ya no me sirvo de la borra de vino para ahogar el dolor, ya no funciona.
Ya no me cuentan las estrellas los secretillos que eran para mí soluciones instantáneas.
Hoy debo recurrir al lamento y al azar.
Al azar mis intenciones, al azar mis sentimientos.
Al azar mi corazón va redescubriendo nuevos lamentos.
Y de lamento hablaré pronto, si es que en mi repertorio no aparecen acordes mayores.
Si es que sigo componiendo canciones para otros,
porque como intérprete desde esos días me convertí en un desastre.
¿A dónde fue?. ¿Dónde quedo el amor que sentí?.
¿Acaso lo perdí en tus curvas misteriosas, entre miedos y actitudes de adolescentes?,
¿lo extravié para siempre?, ¿o simplemente lo conservaste para mostrarlo en tu vidriera de lástima y virtuosismo falso? , para así luego devolvérmelo tan avergonzado como lastimado.
¡Eso es!, lo robaste y lo escondiste para que me muera triste.
Para que el sol de cada mañana me refleje en el colchón y en mi almohada,
solo y acompañado sin poder demostrar nada.
¿Ahora como haré el amor?. ¿Con que triste mentira fingiré ser el indicado?
¿Cómo volveré sentirme completo si me siento repleto de nada para dar?.
Quizás hoy le agradezca al otoño. Que con esmero de madre, me presentó a una suave brisa que arrastro consigo las hojas que me cubrieron protegiéndome del frio.
Ahora en ella confío. En esa brisa puse mi fe. En ella aposte al doble o nada.
En ella busco las raíces de los suspiros, para cosechar de nuevo el amor como fruto en su forma de cultivo.
En ella me apoyo y a ti te odio.
..........................
No hay comentarios:
Publicar un comentario