El aroma de tus flores conquistó mi corazón.
Pensando que nada estaba dicho me había descubierto entero,
parado en un punto de vista al cual no imaginaba llegar.
Luego, una brisa cariñosa se frenó a descansar en mi cara,
esperando recuperar energías las cuales brinde para que siguiera su camino de viento.
Alzado en los brazos del sol, avanzaba recordándome que tu brillo hoy me iluminó,
impulsando mis ganas al límite, dejándome saltar a lo desconocido.
De pronto, descansando en la tarde de tus ojos me vi, envuelto en la primavera,
rodeado de murales celestes, dejándome impresionar por tus verdes colores.
Una pintoresca ración me daba el día, asistiendo mi energía un poco desgastada.
Mientras, como milagrosos suspensos, tus mensajes encadenados me demuestran
que a pesar de todo, hoy si disfruté de un día lindo.
....................................................................................._ José Ignacio G.C.
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