Adiós. Adiós a la luz del destello de tus ojos. adiós a la brisa que movía tus cabellos.
Existió tal inteligencia dentro de este ser que supo marcar limites de los cuales ni aunque intente reponer las energías lograre desvanecer.
Aumenta el flujo moralmente visto como rabia, minimismo del sentir pleno, odio ajeno al amor que demostró tener. Furia envuelta en papel de plomo lista para ser cocinada a fuego lento.
Valorar el desteñimiento de las ropas en continuo uso, genera creación de sentimientos a algo puramente material. Quizás si valorara el sudor de mi frente pasaría lo mismo.
El crudo alimento me contamino el sentir, y no encuentro medicinas en mi botiquín que curen el desprecio a la sencillez de un momento solitario.
....................................................................................._ José Ignacio G.C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario